lunes, 24 de septiembre de 2018

Sensibilidades con tono verde olivo

Por Yudaisis Moreno Benítez yudaisismoreno@gmail.com
Es otra escuela para muchos, donde los amaneceres con rocío, los días de 24 horas y a veces más —con cansancio incluido—, las largas jornadas de preparación fusil en manos, las exigencias de disciplina y organización, fraguan el carácter: momentos que tal vez nadie elogia, pero sí los con vierte en seres más listos, ante cualquier destino.

De las experiencias en el Servicio Militar Activo pudieran repletarse libros de soldados y familias burlando la lejanía y el tiempo, y qué bueno si estos tuvieran, además, esa sensibilidad inherente a las mujeres, para quienes —desde el 19 de abril de 2017— la Comisión de Reclutamiento en las FAR aprobó beneficios, en caso de optar por el Servicio Militar Voluntario Femenino (SMVF), ahora una fuente más de ingresos a la universidad.
Imaginemos después de tanta entrega en verde olivo, entrar al curso regular diurno solo con aprobar los exámenes de ingreso, y con un escalafón único proveniente de esta modalidad, más la alternativa de cursos por encuentro y a distancia, sin examen de ingreso, así como otras formas de educación de ciclo corto para quienes no obtienen carreras.
Si las jóvenes con nivel medio no se graduaron antes de pasar el Servicio, pueden alcanzar el grado 12 en la Facultad y acceder al nivel superior en cursos por encuentro, o les otorgarán carreras en las especialidades de técnicos medios en cursos diurnos y para trabajadores.
Estos beneficios calan en el futuro; por eso la reflexión en el sofá del hogar o en la sobremesa familiar, pudiera inducir el camino también a las graduadas de nivel medio superior, pues al terminar esta etapa militar tendrán en sus manos carreras de técnicos medios relacionadas con el sistema del turismo y otras prioritarias en el país, incluso con posibilidades de ocupar cargos.
Y si el título refiere especialidades afines a las FAR y el Minint y desean cumplir el SMVF, las ubicarán en unidades para desarrollar estos perfiles, y créanme que desde las primeras edades apreciamos chicas con aptitudes para cursar felices esta etapa de la vida, y abrirse nuevas puertas.
Una vez cumplido el tiempo de preparación en la Unidades Militares aledañas u otras a tono con las exigencias, las jóvenes que obtengan carreras universitarias y deseen cambiarlas lo solicitarán, previa consulta con el Ministerio de Educación Superior, y con los requisitos adicionales establecidos, como exámenes de aptitud.
Las pienso de guías en tareas ordinarias, de ejemplo en los batallones, de primeras en las estrategias para contingencias, de solidarias y amigas en caso de decepciones amorosas, e imprescindibles en cualquier táctica para lograr la victoria.
Por eso también pueden quedarse en las Instituciones Docentes de Nivel Superior de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, o como cadetes insertadas de ambos organismos.
El Sistema de Haberes y Salarios de las FAR establece, además, un pago por concepto de gratificación, al término del servicio prestado, que pudiera ascender a dos sueldos por cargo.
Aún me parece oportuno y merecido intercambiar acerca de los beneficios en las familias y las aulas, no siempre conocidos, “manosearlos” y poner en una balanza posibilidades y valores, qué perdemos y qué ganamos.
Habrá chicas tímidas más inseguras, otras echaditas para’lante que digan “esa es la mía”, habrá abuelas con una y otra dudas tocando las puertas en Áreas de Atención o Comités Militares Municipales, y padres formalizando trámites para incorporar a sus hijas a un mundo tal vez desconocido, pero conscientes del bien que siembran en su alma repleta de sensibilidades, ahora con tono verde olivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario