martes, 16 de octubre de 2018

Innovación con sello de mujer

Por Mayveli Pares Menéndez mayve@artemisadiario.cu
Para hablar con Yayi (como la conocen todos) no hacen falta sillas ni comodidades; da igual si es en una oficina o en el patio industrial, pues ella simplemente se detiene donde pueda, y te cuenta su vida como si fueras un conocido de siempre. Habla de su infancia, de los estudios que no pudo terminar, las cualidades de su familia y su amor al trabajo.

Técnico medio en Construcción Civil y Ejecutor de Obra, son los títulos que ostenta Osmarlis Erlis Hernández, con más de 20 años en el sector de la construcción. Llegó hasta la ECM Mariel en octubre de 2011, cuando recién iniciaba la construcción de los moldes para el nuevo puerto. Buscando cercanía a casa, mejoras salariales y nuevas experiencias, se alistó en esta aventura que lleva viviendo ya siete años.
Inició como jefe de cuadrilla; luego estuvo unos meses a prueba, hasta que decidieron hacerla jefa de colectivo. “Es complicado dirigir muchos hombres, pero nos hacemos la idea que somos una gran familia; de hecho, pasamos más tiempo trabajando juntos que fuera de aquí. Siento los problemas de ellos, reímos y lloramos juntos; a veces discutimos, pero aquí estamos”.
De su trabajo le gusta todo, asegura. “La construcción es mi vida, y cuanto hacemos a diario aquí es para ayudar al desarrollo de Cuba; cada día creas y aprendes algo nuevo”.
Hay que innovar todos los días, porque no todo viene listo para trabajarlo ni hecho a la medida. La innovación se impone en pos de avanzar, humanizar el proceso y hacerlo más dinámico. Fue así como se me ocurrió hacer tubos de drenaje a partir de la modificación de los moldes pf-27 usados en el puerto.
De ese modo ahorraríamos significativamente recursos y dinero, a la par de solucionar uno de los principales problemas de la empresa.
Ser mujer dentro y fuera de la ECM Mariel, y manejar esa dualidad de responsabilidades, constituye un reto para Yayi. “Tengo la suerte de contar con la ayuda de mi familia. Mi esposo y mi hijo colaboran con los quehaceres de la casa, y yo trato de equilibrar ambos mundos. En ocasiones trabajo las noches o las madrugadas, pero entre mi familia y mis compañeros me apoyan”.
Para desempeñarse en este sector, me cuenta, lo primero radica en no tener miedo. Debemos crecernos ante lo que venga. La construcción es para hombres y mujeres; si nosotras nos mantenemos firmes y aplicamos ese sexto sentido que dicen tenemos, todo saldrá bien.
¿Su futuro? Lo ve allí, aportando lo mejor en esa gran obra de la Revolución, y viendo crecer a su país.

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