miércoles, 25 de marzo de 2015

Marianas de estos tiempos


Yordanka Kessell y Celia Conde laboran hace ya seis zafras en el corte de caña
Por Adianez Fernández Izquierdo adianez.fernandez@gmail.com
Celia Conde / Foto: Otoniel Márquez
La primera semana fue la más difícil para las  bahiahondenses Yordanka Kessell y Celia Conde. Hace ya seis zafras ambas se encontraban laborando en un autoconsumo y decidieron probar suerte en un oficio casi siempre asociado a hombres: el corte de caña. Así se convirtieron en Las Marianas de la brigada Antonio Maceo, de la CPA Camilo Cienfuegos, que tributa caña al central Harlem.

Sobre las seis de la mañana ya están en el campo, con la meta de llegar a la norma diaria de más de dos toneladas de caña, la cual, según Mario Larrinaga, jefe del pelotón, cumplen sin dificultad. “Nuestras Marianas son ejemplo en el campo y cortan a la par de los hombres, incluso más que algunos; son ejemplo de disciplina y han sido claves para que nuestro pelotón fuera seleccionado como el mejor del municipio en esta zafra”.
Yordanka Kessell / Foto: Otoniel Márquez
Cuenta Yordanka, con sus casi cuatro décadas de vida, que el corte de caña es una tarea difícil, pues requiere de mucho esfuerzo físico, pero para nada las mujeres deben sentir miedo de asumirlo. “Hasta las 4:30 de la tarde permanecemos en el campo; sabemos que en el central esperan por la caña y en estas zonas de difícil acceso para la maquinaria nuestros brazos son la única alternativa”.
Mientras, a Celia le satisface saber que existen hombres en la brigada que se quedan por debajo de cuanto ellas hacen, aunque destaca las buenas relaciones que priman entre sus casi 50 miembros.
Para suerte suya, su esposo Nicasio Arsenio Alonso le ayuda en las tardes con los deberes de la casa. “Los dos trabajamos fuera y al llegar nos repartimos las tareas para que todo salga”.
Yordanka también agradece a sus hijos Ismaray, Ismel y Orly. “Ya la grande es una mujer y se ocupa de muchas cosas en el hogar; eso alivia un poco, pues este trabajo es agotador”.
Usualmente les llaman la atención por haberse insertado en un trabajo tan duro, a lo que Celia responde sin vacilación: “Lo hacemos porque nos gusta”.
Así, con la satisfacción de desempeñar a gusto esta importante tarea, ambas piensan laborar en el corte hasta que las fuerzas del cuerpo les acompañen. Saberse Marianas de estos tiempos las llena de fuerza y espíritu de trabajo, y laboran cada día con tal de honrar el nombre de la madre de los Maceo, apelativo por el que ya muchos las llaman y ellas responden orgullosas, sin abandonar el machete.

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